El 9
de septiembre murió David Ramallo que se desempeñaba como electricista en la
empresa de transporte de pasajeros MONSA "LINEA 60", perteneciente al
monopolio DOTA que controla más de 50 líneas de transporte de pasajeros.
En
primer lugar, los que editamos el boletín Punto de partida enviamos todo
nuestro apoyo, solidaridad y acompañamiento a los familiares y amigos del
compañero en estos tristes momentos.
Hacemos
responsables de la muerte de David a la patronal de DOTA por no brindar las más
mínimas condiciones de seguridad laboral tanto en los micros como en las
instalaciones de las cabeceras de Maschwitz como la ubicada en la localidad de
Barracas donde murió el compañero.
La
muerte de David no fue un accidente de trabajo, fue un crimen, ya que su causa
se debió a negligencia de la patronal tal cual quedó demostrado luego del
peritaje realizado el martes 13 de septiembre, por la SRT, CNRT, UTA, y
representantes del Cuerpo de Delegados del personal, que determinaron la
clausura de los auto elevadores donde se hacen las reparaciones por no respetar
las normas de seguridad. Entendemos que la responsabilidad se extiende también
a los funcionarios de la ciudad de Buenos Aires que otorgaron la habilitación
de dicha Cabecera.
Cabe
aclarar que las denuncias pertinentes a la inseguridad tanto de las
instalaciones como de los micros de transporte fueron presentadas por el Cuerpo
de Delegados en reiteradas oportunidades y olímpicamente ignoradas por la
empresa como por las autoridades.
La
muerte de Ramallo causó indignación y bronca en los compañeros, los cuales en
asambleas determinaron hacer "retención de tareas" hasta que no
fueran atendidos por las autoridades pertinentes y por la empresa.
Si la
normalización del servicio no ha sido más rápida, es por responsabilidad de
DOTA, ya que inventando una agresión a personal jerárquico por parte de los
trabajadores abandonó, como en el anterior conflicto, la administración de las
cabeceras. La empresa se quiere victimizar para de esa manera tapar su
responsabilidad en el crimen de David, también utiliza el argumento que fue un
"accidente" y atribuye las causas a negligencia del trabajador. Con
ese cinismo se mueve DOTA y pretende con esos argumentos desprovistos de total
veracidad deslindar responsabilidades y despedir trabajadores.
Cada
vez es más común en nuestro país las noticias de trabajadores muertos en sus
lugares de trabajo producto de la negligencia patronal con respecto a no
cumplir con las normas de seguridad, aprovechando la circunstancia de que un
obrero por temor a perder su trabajo no pone objeción en realizar su tarea. El
mismo día que murió David falleció aplastado entre los escombros Richard
Alcaraz, obrero de la construcción.
Nos
solidarizamos con la lucha de los compañeros de la línea 60 en su repudio al
asesinato de David, a su pedido de una comisión de seguridad e higiene que sea
garante de que se respeten las condiciones laborales Y a exigir a la UTA que
encabece estas demandas y no permitir el despido de ningún compañero por parte
de DOTA.