Primeras conclusiones sobre las PASO de Agosto


Las PASO (Primarias Abiertas simultaneas y Obligatorias) de ser una medida restrictiva para limitar la participación de los partidos políticos más chicos, de pocos recursos, en las elecciones, fundamentalmente a los partidos de izquierda, ya que hay que superar el 1,5% de los votos del padrón electoral para poder participar, se convirtió en una primera vuelta electoral, y las elecciones de Octubre en un verdadero "ballotagge" entre los principales partidos de la burguesía.
Los grandes medios de comunicación resaltaron los resultados que colocan a "Cambiemos" como ganador indiscutido de las PASO. Y si bien es verdad que a nivel nacional "Cambiemos" ganó la elección, y el gobierno sale fortalecido, también nos parece correcto relativizar ese resultado.

"Cambiemos" gracias al aporte de los radicales y sus satélites, logró construirse como fuerza política a nivel nacional. No pudo con Cristina de Kirchner en la provincia de Buenos Aires, ni con el Kirchnerismo en la provincia de Santa Fe. O sea que en dos importantes provincias por cantidad de habitantes y peso económico en la estructura productiva del país triunfó el kirchnerismo. Si bien hay que remarcar que fue por escaso margen, en ambas provincias, (en la provincia de Buenos Aires Cristina se impuso por poco más de 20000 votos), hay que resaltar que ganó casi sin aparato, con los grandes medios de comunicación en su contra, y gran parte del aparato judicial montandole causas por delitos de corrupción. Solo contó con el apoyo de algunos intendentes.

Por más que el gobierno se esfuerce por desvalorizar el triunfo de Cristina argumentando que apenas ganó compitiendo con candidatos casi desconocidos como son en la provincia Bullrich y García, este es un comentario falaz ya que la figura central de la campaña fue la gobernadora de Buenos Aires y la dirigente que mejor imagen positiva tiene ante la opinión pública de "Cambiemos", María Eugenia Vidal.

El escaso margen logrado en el triunfo por "unidad ciudadana" envalentonó al gobierno de Macri. Se sienten ganadores, el gobierno logró el apoyo de un sector de la sociedad fundamentalmente en las clases medias y medias altas, que aprueban sus políticas incluso las represivas contra los sectores populares.

Es muy probable que ganen en octubre las elecciones en la provincia de Buenos Aires, consideramos que sea cual sea el resultado el gobierno va a seguir con el ajuste salvaje que está llevando adelante contra los trabajadores y el pueblo pobre. Quieren ganar las elecciones para utilizar el triunfo electoral para legitimar con los votos su política reaccionaria.

Las elecciones reflejan la polarización social

A partir de la década del 90 la desocupación se hizo crónica, crecieron a niveles "latinoamericanos" los excluidos del sistema. Este nivel de catástrofe impulsó la organización de redes sociales, tanto a nivel territorial, como de empresa. Nacieron los movimientos piqueteros (Cutral Có 1997) movimientos de fábricas recuperadas (1995), las Asambleas barriales (2001) y también movimientos en defensa del medio ambiente (Esquel 2003) La desocupación llegó a niveles alarmantes, producto de una política de desindustrialización, endeudamiento externo y bicicleta financiera, manteniendo artificialmente la convertibilidad, hasta que estalló.

En los gobiernos kirchneristas producto de la gran devaluación del peso realizada por el gobierno de Eduardo Duhalde (que redujo los salarios en un ?), los altos precios de las materias primas a nivel internacional (en Argentina particularmente el precio de la soja)y que en los primeros años de los gobiernos "K" se suspendió el pago de la deuda externa, bajos salarios y contratos laborales precarizados, la realidad de la desocupación comenzó a cambiar y se aumentó la oferta laboral. Comenzaron a sustituirse importaciones ya que era negocio producir en la Argentina dentro del marco del Mercosur.

De todas maneras el desarrollo precario de la economía nacional, no permitió incorporar a la masa laboral a miles de familias organizadas en estos movimientos y quedaron excluidos del aparato productivo formal. La marginalidad; el trabajo precario y "en negro" vinieron para quedarse.

La crisis económica mundial de 2008 comenzó a destruir el "espejismo de progreso" kirchnerista, al bajar el precio de las materias primas, si la punta de lanza del enfrentamiento a Cristina fue el campo, a medida que la torta se achicaba se le sumaban más sectores a la oposición. Sectores de la sociedad que no querían perder sus privilegios comenzaban a cuestionar la política de concesiones del kirchnerismo hacia los sectores populares.

Las elecciones reflejan esta polarización social. Donde más se reflejó fue en la provincia de Buenos Aires, y concretamente en el conurbano bonaerense. Detrás del voto a senadora de Cristina se aglutina el voto obrero y de los sectores sociales más castigados por el ajuste macrista. No es casual que Cristina lanzó su campaña en Florencio Varela, donde se concentran las grandes barriadas obreras y asentamientos de los sectores más postergados. Los sectores acomodados desde la clase media alta, profesionales, comerciantes, en los más de 50000 barrios privados hogar de los más ricos, incluso sectores de trabajadores votaron al partido del gobierno. La importancia de la provincia de Buenos Aires es que en ella se concentra casi el 40% de la población argentina.
Esta polarización perjudicó a las otras variantes patronales, como el Frente Renovador de Massa que apenas superó el 15% de los votos y ahora está pensando como vuelve al peronismo. La deplorable elección que hizo Randazzo que redujo al viejo partido Justicialista a una cáscara vacía como declaran varios dirigentes de esa corriente.

Los partidos de "centro izquierda" prácticamente pulverizados, y la izquierda manteniendo su caudal electoral de los últimos tiempos, próximos al millón de votos con un programa cada vez más lavadito, bien electoralista con el sólo objetivo de conseguir votos, pero no logran pegar el salto, a pesar de la crisis del peronismo.

Queda entonces para la mayoría de los trabajadores y el pueblo pobre como la única alternativa de oposición al ajuste noeliberal de Macri la falsa opción de una corriente burguesa: el kirchnerismo ahora con el nombre de Unidad Ciudadana.

Perspectivas

Los comentarios de los grandes medios de comunicación, como los sectores más ricos de la sociedad, y los grandes empresarios del país están eufóricos. Imaginan un Macri y "Cambiemos" por muchos años gobernando al país. Todos cierran filas en su lucha contra los trabajadores y sectores populares, y en pulverizar toda posibilidad de una vuelta del populismo. Hoy ven al kirchnerismo o lo quieren presentar como una gran amenaza. La Burguesía festeja la crisis galopante que padece el peronismo, dividido en varios espacios políticos. Hay peronismo para todos los gustos macristas (Monzó, Ritondo) massistas (Massa, Solá) justicialistas (Bossio) Randazzistas (Randazzo, Alberto Fernández), kirchnerismo, etc. etc.

El partido que contuvo durante 70 años a los trabajadores y sectores populares, que les hizo creer que hay patrones buenos y que hay que confiar en ellos hoy está "deshilachado". La crisis de capitalismo- imperialismo mundial hizo que su "ilusión" kirchnerista sea repudiado y aislado del resto del peronismo. Los peronistas hablan de una nueva renovación. Quieren dejar por fuera al kirchnerismo. Es una renovación que por su composición se correría más a la derecha, pegaditos a Macri, es que Pichetto, Urtubey, Massa, Bossio, etc, interpretando la nueva realidad regional buscan alinearse nuevamente a los mandatos del amo del norte: el imperialismo Yanqui ahora de la mano de Trump.

El kirchnerismo ya mostró sus límites, cuando se complicó la situación económica se inclinó por una política para ajustar a los trabajadores y al pueblo pobre y garantizar las ganancias de los empresarios. Se hizo famosa la frase de Cristina "se la llevan en pala". Pese a ello la mayoría de los trabajadores y sectores populares siguen confiando en Cristina, no compartimos pero respetamos su decisión. Nos permitimos decirles humildemente que ni con discursos, ni elecciones, ni con bancas en el parlamento se derrotaran los planes de ajuste salvaje de Macri y los patrones. Sólo la movilización independiente de los trabajadores y sectores populares podrá derrotar a Macri. En ella confiamos.

Los trabajadores y el pueblo pobre tienen la palabra!!!

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