“Los ricos defienden el aborto ilegal
para mantenerlo en secreto y no pasar vergüenza. Estoy harto de que se nos
mueran chicas pobres para que las ricas aborten en secreto. Se nos mueren nenas
en las villas y en algunos Sanatorios hacen fortunas sacandoles la vergüenza
del vientre a las ricas. Con el divorcio decían que era el fin de la familia y
solo fue el fin de la vergüenza de los separados ilegales. Con el aborto legal
no habrá más ni menos abortos, habrá menos madres muertas. El resto es educar,
no legislar”
Rene Favaloro
1998
Las complicaciones derivadas
de abortos practicados en condiciones de riesgo constituyen la primera causa
directa de mortalidad materna. Según las estimaciones realizadas por la Red de
Acceso al Aborto Seguro (REDAAS) y el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES),
en el país se realizaron unos 500.000 abortos en el año 2015, y la presencia de
leyes que castigan a la mujer que aborta no se asocian con una menor tasa de
los mismos. En el trienio 2014-2016 se estimó que 2 de cada 10 muertes maternas
fue debida a un aborto inseguro (DEIS) en 2015.
La penalización del aborto no
disminuye la realización de esta práctica, sólo contribuye a impedir el acceso
a procedimientos seguros. Los abortos ilegales que se realizan, alimentan a un
mercado clandestino de más de mil millones de pesos al año.
No cabe duda que la
mortalidad materna es un problema de salud pública, y buscar la forma de
erradicarla, también.
Ante el debate sobre la
despenalización del aborto, las excusas para impedir que se lo legalice son
múltiples, desde argumentos morales, religiosos y hasta filosóficos, todas
dejan de lado la problemática planteada: las muertes maternas por abortos
inseguros. Las tasas más bajas de aborto se observan en países donde las leyes
son ampliamente permisivas y el acceso a un aborto seguro es fácil, como en
Europa Occidental. Hay que sacar el debate del terreno religioso o filosófico y
colocarlo en el que se puede garantizar soluciones, el de la salud pública.
En realidad, si algo se
esconde detrás de esta discusión es una tremenda hipocresía, ya que muchos de
los que hoy levantan su voz en contra de la despenalización son los que acceden
a sanatorios con profesionales aptos y en las condiciones de higiene y
salubridad necesarias para garantizar a sus hijas y familiares realizarlos en
forma segura, porque tienen los medios económicos para pasar por encima de las
leyes que impiden interrumpir un embarazo no deseado.
El riesgo de vida es para las
mujeres trabajadoras y del pueblo pobre que no cuentan con medios económicos
para realizarlos en las condiciones que brindan las instituciones privadas y
deben recurrir a cualquier instancia para concretarlo, aceptar prácticas en
condiciones deficientes de seguridad, someterse a métodos peligrosos,
horribles, con peligro de muerte: las jóvenes con menos ingresos son las que
engrosan la cifra de mortalidad materna y se convierten en estadísticas.
Por eso es absolutamente
necesario legalizar el aborto para que sea seguro para todas las mujeres que lo
soliciten y no sólo para el sector social que puede pagarlo.
En la Argentina por más que
el aborto está prohibido se realiza con graves consecuencias para la salud de
un sector de las mujeres, sin lugar a dudas, su despenalización es una
necesidad urgente para las mujeres trabajadoras y pobres.
Evitar que sigan muriendo las
mujeres que no tienen acceso a las clínicas y sanatorios significa luchar por:
¡¡¡¡ ABORTO LEGAL, LIBRE, SEGURO
Y GRATUITO!!!!!
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