LA MALDITA BONAERENSE


Pandemia, crisis y mafias policiales


La revuelta policial de la última semana hay que enmarcarla dentro de otros sucesos transcurridos en los últimos meses, marchas anti cuarentena, anti reforma judicial, anti expropiación de Vicentin, anti funcionamiento del congreso, las declaraciones de Duhalde, es decir todos hechos con la intención de generar un desgaste del gobierno en favor de los planes de los miserables como Rocca y Magneto, Techint y Clarín, es decir la gran burguesía y la derecha golpista. También podemos afirmar que la embajada Norteamericana está coordinando en las sombras todos estos acontecimientos, ya que no les conviene la orientación de negociar algunas cuestiones económicas con los chinos de este gobierno. En la escena mundial se puede ver mejor esta contienda.
No obstante de las opiniones que tengamos sobre estos temas, claramente, hay que repudiar esta sedición policial, y todo el accionar de los gorilas, sin dudar por un instante, el que duda se ubica de la vereda enemiga.
Fue significante la tardanza de días de gran parte de la dirigencia política del PRO, los Radicales incluso propio del oficialista en declarar su oposición a esta asonada, ni que decir del silencio ¿cómplice? de todo el arco patronal.
Algunos sectores progresista del gobierno o desde la izquierda opinan que hay que tener una política de sindicalización de la policía y el resto de las fuerzas de seguridad, tanto unos como a otros opinamos que tienen una táctica política incorrecta y peligrosas.
Más que la sindicalización habría que pegarle un boleo en el culo a Berni, enjuiciar y encanar a todos los polis implicados en todo tipo de crímenes y que los organismos de derechos humanos, las organizaciones sociales y sindicatos busquen otras formas de control del delito en los barrios obreros y populares.

Las policías, así como el resto de las fuerzas de seguridad, no podemos analizarlas solo por su composición social, sino que lo debemos hacer por el rol que cumplen en el régimen capitalista, que no es otra cosa que la de custodiar la propiedad privada de los patrones, como pudimos observar en Chile a los Carabineros o Pacos. Al mismo tiempo que son utilizadas para realizar golpes violentos contra gobiernos que no son del agrado yanquis, en Ecuador contra Correa y más recientemente Bolivia derrocando a Evo Morales.
Es decir que una policía que por más sana que se encuentre ya cumple un rol de perro guardián, que sale a morder los tobillos de todo trabajador que se atreva a reclamar cualquier cosa al patrón, como pudimos ver en el frigorífico Penta cuando los obreros protestaban por los despidos, en algodonera Avellaneda de la Familia Vicentin y tantos otros conflictos obreros.
Pero en este caso a este rol que tiene asignado la institución policial, tenemos que sumarle que hablamos de La Maldita Bonaerense, una asociación mafiosa con uniforme y armas, con la impunidad de cometer todos los delitos habidos y por haber. Prostitución, drogas, trata de personas, juego clandestino, zonas liberadas para el robo y el gatillo fácil con casos resonantes en esta cuarentena como el de Facundo Castro, son algunos de los podemos enumerar.
¿Acaso la sindicalización de la policía evito la represión de los chalecos amarillos en Francia? No, todo lo contrarios, pudimos ver cómo semana tras semana la policía francesa reprimía hasta que la pelea de esos sectores sociales empobrecidos se fue desgranando.
La única posibilidad de que algún sector de la policía se pase al bando obrero podrá ser cuando se agudice el proceso de la lucha de clases, cuando grandes masas entren en la escena política, no hay que descartarlo, pero no es ahora que son mano de obra del gorilaje y la derecha fascista.

El gobierno tiene actuar y dejar de cederles a todos estos sectores, como lo hizo hasta ahora, Alberto no es Roberto Carlos y pretender un millón de amigos, menos si son como Larreta.
Basta de cederle a Rocca y Vicentin, a Larreta y Macri, terraplanistas y opositores del coso, a los despidos y rebajas salariales.
La crisis de económica y social se agudiza, cada día que pasa se agrava:
*Con la salud de toda la población en riesgo cada vez más creciente de enfermar y morir de covid-19, ya que el sistema de salud se encuentra saturado por años de desmantelamiento de los hospitales en beneficio de las prepagas y clínicas como Swiss Medical y Galeno entre otras. Sistema único de salud controlado por las organizaciones de profesionales médicos, enfermeros y auxiliares.
*Más de 20 millones de hambrientos en un país donde la comida sobra pero se encuentra en manos de empresarios como Coto, Carrefour, Molinos, Vicentin. Hace falta un comité de todos los movimientos sociales y barriales, junto a los sindicatos para poner todos esos alimentos bajo control popular así garantizar que nadie muera por hambre.
*Más de 10 millones sin trabajo en un país donde hay mucho por hacer, cloacas, agua corriente, hospitales, se necesitan médicos y enfermeros, maestras, sin embargo los patrones de la UIA, AEA, especulan con este gran ejército de desocupados para reventar salarios y convenios. La prohibición de los despidos y reforma laboral tiene que pasar del papel a la práctica. Basta de acuerdos de partes a favor del empresariado. Reparto de las horas de trabajo sin pérdida salarial.
*Cerca de 5 millones de personas sin techo, tratando agarrar un pedacito de baldío para poner unas chapas y refugiar a sus familias, desesperación que se agudiza por estas horas donde muchos ya no pueden pagar más piecitas miserables. Hay que terminar con la especulación inmobiliaria de los empresarios de la construcción, un plan de viviendas es urgente. Un comité de inquilinos, juntas vecinales y movimientos territoriales debe tomar este asunto en sus manos. Basta de desalojo de los sin techo en los asentamientos realizada con orden de jueces mafiosos y ejecutada por los canas sublevados.

Estos son los temas centrales de las mayorías trabajadoras del país, esta es la “agenda” que hay que atender y no la de TN o Clarín, Rocca o BlackRock ni el FMI y menos que menos a los mafiosos de “La Bonaerense”.

Esta es la agenda o tareas de los trabajadores y empobrecidos, cuya realización no podrá ser de forma pacífica ya que el enemigo si es necesario usara todos los recursos a su disposición para imponer sus intereses. Sin embargo el gobierno ha sido incapaz tomar este rumbo, es una conducción débil y temerosa para enfrentar a los sectores del poder político económico. Pero si muestra fortaleza cuando tiene que enfrentar reclamos obreros y populares, paritarias congeladas, jubilaciones con "aumentos " por debajo de la inflación, desalojo en las ocupaciones de tierra.

Defensa de la vida, comida, trabajo y techo son las consignas de unidad contra los patrones, gorilas y mafias policiales.

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