Pandemia, crisis y mafias policiales
La revuelta policial de la última
semana hay que enmarcarla dentro de otros sucesos transcurridos en los últimos
meses, marchas anti cuarentena, anti reforma judicial, anti expropiación de
Vicentin, anti funcionamiento del congreso, las declaraciones de Duhalde, es
decir todos hechos con la intención de generar un desgaste del gobierno en
favor de los planes de los miserables como Rocca y Magneto, Techint y Clarín,
es decir la gran burguesía y la derecha golpista. También podemos afirmar que la
embajada Norteamericana está coordinando en las sombras todos estos
acontecimientos, ya que no les conviene la orientación de negociar algunas cuestiones
económicas con los chinos de este gobierno. En la escena mundial se puede ver
mejor esta contienda.
No obstante de las opiniones que
tengamos sobre estos temas, claramente, hay que repudiar esta sedición
policial, y todo el accionar de los gorilas, sin dudar por un instante, el que
duda se ubica de la vereda enemiga.
Fue significante la tardanza de
días de gran parte de la dirigencia política del PRO, los Radicales incluso
propio del oficialista en declarar su oposición a esta asonada, ni que decir
del silencio ¿cómplice? de todo el arco patronal.
Algunos sectores progresista del gobierno o
desde la izquierda opinan que hay que tener una política de sindicalización de
la policía y el resto de las fuerzas de seguridad, tanto unos como a otros
opinamos que tienen una táctica política incorrecta y peligrosas.
Más que la sindicalización habría que pegarle un
boleo en el culo a Berni, enjuiciar y encanar a todos los polis implicados en
todo tipo de crímenes y que los organismos de derechos humanos, las
organizaciones sociales y sindicatos busquen otras formas de control del delito
en los barrios obreros y populares.
Es decir que una policía que por más sana que se
encuentre ya cumple un rol de perro guardián, que sale a morder los tobillos de
todo trabajador que se atreva a reclamar cualquier cosa al patrón, como pudimos
ver en el frigorífico Penta cuando los obreros protestaban por los despidos, en
algodonera Avellaneda de la Familia Vicentin y tantos otros conflictos obreros.
Pero en este caso a este rol que tiene asignado
la institución policial, tenemos que sumarle que hablamos de La Maldita Bonaerense, una asociación
mafiosa con uniforme y armas, con la impunidad de cometer todos los delitos
habidos y por haber. Prostitución, drogas, trata de personas, juego
clandestino, zonas liberadas para el robo y el gatillo fácil con casos
resonantes en esta cuarentena como el de Facundo Castro, son algunos de los
podemos enumerar.
¿Acaso la sindicalización de la policía evito la
represión de los chalecos amarillos en Francia? No, todo lo contrarios, pudimos
ver cómo semana tras semana la policía francesa reprimía hasta que la pelea de
esos sectores sociales empobrecidos se fue desgranando.
La única posibilidad de que algún sector de la
policía se pase al bando obrero podrá ser cuando se agudice el proceso de la
lucha de clases, cuando grandes masas entren en la escena política, no hay que
descartarlo, pero no es ahora que son mano de obra del gorilaje y la derecha
fascista.
El gobierno tiene actuar y dejar
de cederles a todos estos sectores, como lo hizo hasta ahora, Alberto no es
Roberto Carlos y pretender un millón de amigos, menos si son como Larreta.
Basta de cederle a Rocca y
Vicentin, a Larreta y Macri, terraplanistas y opositores del coso, a los
despidos y rebajas salariales.
La crisis de económica y social
se agudiza, cada día que pasa se agrava:
*Con la salud de toda
la población en riesgo cada vez más creciente de enfermar y morir de covid-19,
ya que el sistema de salud se encuentra saturado por años de desmantelamiento
de los hospitales en beneficio de las prepagas y clínicas como Swiss Medical y Galeno entre otras. Sistema único de salud controlado por las organizaciones de
profesionales médicos, enfermeros y auxiliares.
*Más de 20 millones de
hambrientos en un país donde la comida sobra pero se encuentra en manos de
empresarios como Coto, Carrefour, Molinos, Vicentin. Hace
falta un comité de todos los movimientos sociales y barriales, junto a los
sindicatos para poner todos esos alimentos bajo control popular así garantizar
que nadie muera por hambre.
*Más de 10 millones
sin trabajo en un país donde hay mucho por hacer, cloacas, agua corriente,
hospitales, se necesitan médicos y enfermeros, maestras, sin embargo los
patrones de la UIA, AEA, especulan con este gran ejército de desocupados para
reventar salarios y convenios. La prohibición de los despidos y reforma laboral
tiene que pasar del papel a la práctica. Basta de
acuerdos de partes a favor del empresariado. Reparto de las horas de trabajo
sin pérdida salarial.
*Cerca de 5 millones
de personas sin techo, tratando agarrar un pedacito de baldío para poner unas
chapas y refugiar a sus familias, desesperación que se agudiza por estas horas
donde muchos ya no pueden pagar más piecitas miserables. Hay que terminar con
la especulación inmobiliaria de los empresarios de la construcción, un plan de
viviendas es urgente. Un comité de inquilinos, juntas
vecinales y movimientos territoriales debe tomar este asunto en sus manos.
Basta de desalojo de los sin techo en los asentamientos realizada con orden de
jueces mafiosos y ejecutada por los canas sublevados.
Estos son los temas centrales de las mayorías trabajadoras del país, esta es la “agenda” que hay que atender y no la de TN o Clarín, Rocca o BlackRock ni el FMI y menos que menos a los mafiosos de “La Bonaerense”.
Esta es la agenda o tareas de los trabajadores y empobrecidos, cuya realización no podrá ser de forma pacífica ya que el enemigo si es necesario usara todos los recursos a su disposición para imponer sus intereses. Sin embargo el gobierno ha sido incapaz tomar este rumbo, es una conducción débil y temerosa para enfrentar a los sectores del poder político económico. Pero si muestra fortaleza cuando tiene que enfrentar reclamos obreros y populares, paritarias congeladas, jubilaciones con "aumentos " por debajo de la inflación, desalojo en las ocupaciones de tierra.
Defensa de la vida, comida, trabajo y techo son las consignas de unidad contra los patrones, gorilas y mafias policiales.
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