LA CGT SOLO SE UNIFICO PARA EL VOTO

El Congreso de la CGT, reunido pocos días antes de las elecciones legislativas, convocó a luchar contra “los sueños neoliberales de destruir los derechos socio-laborales”, y llamó a votar por el Frente de Todos. Este congreso selló la unidad de un conjunto variopinto de sindicatos, un paso fundamental si fuera en el camino de recuperar el lugar protagónico que necesita el movimiento obrero para luchar contra la patronal y la oligarquía financiera e imperialista. Pero la CGT convoca a VOTAR, no a luchar.


¿“Sueños neoliberales” o realidad? No es un “sueño” la realidad cotidiana que golpea a más del 40% de la población con una canasta alimentaria en aumento imparable de precios y una inflación que se traslada a todos los artículos de primera necesidad y que perfora los bolsillos del conjunto de los asalariados. Un salario a su vez golpeado por impuestos al consumo, a la vivienda, a los servicios, a la educación y a la salud familiar. En peor situación aún se encuentran los trabajadores jubilados, en su mayoría en niveles de indigencia, los trabajadores precarizados víctimas de todo tipo de condiciones de explotación laboral, y los trabajadores desocupados que apenas sobreviven. Un verdadero ajuste neoliberal en acción.


El “neoliberalismo” o para ser más precisos, la gran patronal que apoya al macrismo, en la actual situación y con el gobierno del Frente de Todos, logran obtener todas las ganancias que la crisis económica mundial y la calamidad social y sanitaria de la pandemia les permitió, les permite y les asegura para un futuro.

No podemos negarle a nadie que sueñe con mejores condiciones, y el conjunto de fuerzas políticas reaccionarias y propatronales macristas o ligadas a Macri, como los radicales y sus fracciones, se preparan para hacer lo que Macri quiso pero no pudo llevar hasta el final. Los lugares en el Congreso son el primer paso, porque los quieren para hacerles realidad esos sueños “neoliberales”, no solo desde el parlamento, también desde tribunales, medios periodísticos e injerencias diplomáticas, y fundamentalmente desde un futuro gobierno.

Pero debemos tener claro que el camino que tomaron las fuerzas reaccionarias no encontró oposición con el actual gobierno, porque la dirección del movimiento obrero, reunida en la CGT, capituló sin luchar. Esta capitulación ha desmoralizado y disminuido la combatividad de los trabajadores, mientras la patronal pelea por imponer sus condiciones con todas las armas que tiene: con el mercado y la desvalorización de la moneda, con campañas de propaganda y difamación en los medios hegemónicos de la prensa, con sus relaciones en las embajadas y en los tribunales; pelea en la calle, pelea en las paritarias, pelea en los “desacuerdos” de precios, en el desabastecimiento; pelea en las campañas electorales. La clase capitalista está en estado de guerra permanente contra los trabajadores, los jubilados y el pueblo pobre.

Los trabajadores debemos prepararnos para encarar la lucha por el futuro, pero el presente también depende del combate que demos: para que los niños recuperen un presente con la panza llena con alimentos de calidad, con la educación pública y con el acceso a la atención de la salud. Para que los jóvenes y los desocupados tengan acceso a un trabajo digno y bajo convenio. Para que todas las familias tengan una vivienda digna.

Los que se quedaron sin nada ya fueron expulsados con topadoras en la provincia de Buenos Aires y en CABA, para ellos no hubo diferencias entre los gobiernos macristas y peronistas, tampoco para los jubilados que cobran miseria. No podemos sentarnos a esperar de este o de cualquier gobierno, que sea más o menos paternalista, ni esperar nada de las corrientes políticas oportunistas que fomentan la paz social mientras media sociedad se muere de hambre a nuestro lado y crece la inseguridad y la descomposición del conjunto social.

El robo de nuestros salarios, de nuestras condiciones de vida y de nuestro futuro se lleva a cabo no solo en los bolsos de López, ese funcionario que fue parte del despiadado vandalismo ejercido por los verdaderos dueños del “poder real”. Ni son Macri ni Etchevehere (expresidente de la Sociedad Rural) los únicos apellidos de familias integradas bajo el impulso de las pasiones más infames más mezquinas y más desenfrenadas de la codicia y de la explotación de la fuerza de trabajo ajena.

A medida que disminuyó progresivamente el número de oligarcas del capital y de la tierra que usurpan y monopolizan todos los beneficios de la transformación en el comercio y producción de bienes, de la energía y de los alimentos, en el otro polo creció la masa de la miseria, de la opresión, del trabajo esclavo, de la degeneración y de la explotación. Un puñado de ricos, que también se embolsa buena parte de la deuda, es cada día más rico mientras aumenta la pobreza en la mayoría de la sociedad, y crece el número de desposeídos.

Y frente a esta calamidad, el congreso de la CGT convoca a seguir claudicando al “poder real”, ése que alimenta los bolsillos de muchos de los dirigentes sindicales.

Los jóvenes y las mujeres han demostrado, en su creciente rebeldía y en sus logros obtenidos en combate, que la clase obrera no puede seguir aleccionada, organizada ni unificada bajo la losa impuesta por el poder del capital.

Es más urgente que nunca la organización política y sindical independiente de los trabajadores para retomar la movilización y la lucha.

El gobierno y la oposición quieren acordar el pago de la deuda con el FMI.

Si lo logran nos van a terminar de hundir a los trabajadores y al país.

¡ORGANICEMOS LA LUCHA POR EL NO PAGO DE LA DEUDA!

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