EN MEMORIA DEL COMPAÑERO DANIEL BILLONE, "EL FLACO"

El 26 de septiembre murió en Tucumán nuestro compañero Daniel Billone, al contagiarse una bacteria en una clínica privada de la provincia, donde se encontraba internado, y en la cual hubo más de 100 contagios y más de 7 muertes.


El Flaco era militante de nuestro grupo argentino Punto de Partida y de nuestra organización internacional Perspectiva Marxista Internacional. Había ingresado a nuestra corriente morenista, en ese entonces Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)-La Verdad, a fines de la década del 60, cuando ya era un reconocido dirigente estudiantil en la Facultad de Arquitectura.

A fines de los años 60 y comienzos de los 70 estallaron levantamientos obreros y populares contra la dictadura militar presidida por el general Onganía en varias ciudades del país, como el Cordobazo y el Rosariazo, entre otras. El Flaco participó activamente en el Tucumanazo.

En 1972 hay elecciones, en las que triunfa la fórmula Juan Domingo Perón-Isabel Perón. Nuestra organización participó en ellas, ahora bajo el nombre de Partido Socialista de los Trabajadores (PST), y el Flaco asume la responsabilidad de ser el apoderado legal en la provincia.

A la muerte de Perón, Isabel da rienda suelta a la “Triple A” (Alianza Anticomunista Argentina) que comienza a asesinar a militantes populares, juveniles y de izquierda, y ordena mediante decreto “aniquilar” a los “subversivos” (guerrilleros y “zurdos” en general) que actuaban en Tucumán, en lo que se llamó “Operativo Independencia”, un plan sistemático de asesinatos y desapariciones de personas que luego se extendería a todo el país y sería llevado hasta el final por la dictadura militar que derrocó a Isabel. La “Escuelita de Famaillá” fue el primer centro clandestino de detención del país.

En julio de 1975 los militares secuestran al Flaco y a Zaira, su compañera, y los llevan a la “Escuelita”, donde los someten a los “interrogatorios” que se hacían en esos centros clandestinos. El Flaco, aprovechando que todavía existían resquicios legales bajo el gobierno de Isabel, los utilizó para proteger a sus compañeros, pero fue mucho más que un apoderado legal.

El “Chino” Moya, compañero de militancia del Flaco, hoy recuerda:

A mí y al Flaco nos detienen en mi casa… Nos trasladaron a Santiago del Estero; luego a Córdoba para viajar a Capital, donde quedamos encarcelados.

El Flaco siempre tuvo la moral y las convicciones muy altas. Fue un gran militante, y no hubiese sido el mismo partido sin él. Él y otros tantos compañeros y compañeras, como Zaira, me protegieron frente a la Triple A y al Operativo Independencia. Un enorme gesto humano y revolucionario.
A partir del golpe militar, el partido pasa a la clandestinidad, al costo de un centenar de militantes asesinados o desaparecidos a manos de la Triple A y de las Fuerzas Armadas y policiales.Cuando cae la dictadura y se conquistan las libertades democráticas, el Flaco sigue militando y cumpliendo sus tareas como apoderado y figura pública del partido.

A comienzos de los años 90 la clase obrera mundial sufre un golpe tremendo con el desplome de la Unión Soviética y la reconquista por el capitalismo de todos los países en los que revoluciones socialistas habían acabado con la clase capitalista. Ese golpe, sumado a la muerte de Moreno, terminó por liquidar también a nuestro partido, en ese entonces el Movimiento Al Socialismo (MAS), que ya venía barranca abajo en el abandono de una política revolucionaria, antiimperialista e internacionalista, y en la burocratización de casi todos sus máximos dirigentes.

El Flaco se mantuvo firme junto al pequeño grupo de camaradas que nos empeñamos en defender los principios del marxismo revolucionario en el país y en otros países de Latinoamérica. Sus máximos aportes tuvieron que ver con el hecho de que él expresaba la tradición de nuestra corriente, forjada en cinco décadas de militancia.

Por eso, el fallecimiento del compañero es una pérdida importante para nuestro agrupamiento y para la causa del socialismo revolucionario.

Compañero Daniel, ¡Hasta el socialismo siempre!

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