Por: Mónika Rodríguez
La conquista del poder por parte de los trabajadores en la revolución rusa de 1917 se explica por una conjugación de circunstancias entre las que se destaca la existencia de un partido obrero, el partido Bolchevique que, conformado por la vanguardia revolucionaria del proletariado, supo llevar hasta el final la lucha contra la explotación y opresión capitalista. León Trotsky en su libro la revolución traicionada describe en su pluma magistral el rol del partido en la victoria proletaria:
El Partido Bolchevique mostró en la acción la combinación de la mayor audacia revolucionaria con el realismo político. Estableció por primera vez que la correspondencia entre vanguardia y clase es la única capaz de garantizar la victoria. Demostró en la experiencia que la alianza entre el proletariado y las masas oprimidas de la pequeña burguesía rural y urbana requiere la previa derrota política de los partidos pequeñoburgueses tradicionales. El Partido Bolchevique le mostró al mundo entero como se debe realizar la insurrección armada para la conquista del poder…En la guerra civil, el Partido Bolchevique logró la combinación justa de arte militar y política marxista. Aún si la burocracia estalinista lograra destruir lo cimientos económicos de la nueva sociedad, la experiencia de la economía planificada bajo la dirección del partido bolchevique pasará igualmente a la historia como una de las más grandes lecciones de la humanidad…
Pero no es todo. El Partido Bolchevique pudo realizar su magnífica obra “práctica “solo porque iluminó todos sus pasos con la teoría. El Bolchevismo no creo la teoría: se la proporción el marxismo. Pero el marxismo es la teoría del movimiento, no del estancamiento. Sólo los acontecimientos de gran envergadura histórica podrían enriquecer la propia teoría. El bolchevismo hizo aportes e invaluables al marxismo: el análisis de la época imperialista como época de guerras y revoluciones; de la democracia burguesa en la era de la decadencia capitalista; de la correlación entre huelga general e insurrección; del papel del partido, lo soviets y los sindicato en el periodo de la revolución proletaria; la teoría del Estado soviético, la economía en transición, el fascismo y el bonapartismo en la época de la decadencia capitalista; por último, el análisis de la degeneración del Partido Bolchevique y del Estado soviético[1].
La deformación burocrática del partido que impuso el estalinismo después de la muerte de Lenin no puede sepultar en el olvido, las características fundamentales de la organización bolchevique descritas por Nahuel Moreno en su libro Las Revoluciones del siglo XX:
a) Obrero: El partido Bolchevique siempre fue obrero por su ideología, su actividad (incluida la de sus dirigentes), sus militantes y sus cuadros. Ganaba las elecciones, por ejemplo, sólo en las barriadas obreras más concertadas. b) Democrático: En el partido Bolchevique todo se resolvía por discusiones y votación. Prácticamente no hay ninguna resolución importante que se haya sido adoptada por unanimidad. Después de que se tomó el poder, esta democracia y libertad absolutas para los militantes se amplió mucho más. Las más grandes discusiones se hacían públicamente en las páginas de los periódicos oficiales del partido. Ningún dirigente fue expulsado jamás por sus opiniones o discusiones con la dirección. c) Revolucionario: El partido alentaba permanentemente la movilización revolucionaria de las masas. Comenzó a levantar a escala nacional e internacional un programa de transición, de movilización permanente de las masas. Consideraba que la toma del poder era una razón fundamental para acelerar la movilización revolucionaria no solo a nivel nacional sino también internacional. El centro de toda su política pasaba por lograr desarrollar la movilización del proletariado mundial y de las masas oprimidas para hacer triunfar la revolución socialista internacional. sin esto no había ninguna posibilidad de triunfo definitivo en la misma URSS. d) Su logro más importante fu la III Internacional. Su internacionalismo se concretó en la fundación de la III Internacional para dirigir la revolución socialista. El propio partido bolchevique resolvió supeditarse a la internacional. Ya que la revolución rusa solo era una parte decisiva de la revolución mundial, pero parte al fin. Dejó de ser un partido ruso para convertirse en una sección de la III Internacional. Los dirigentes del partido pregonaron a los cuatro vientos que su internacionalismo llegaba hasta propugnar que, si era necesario, estaban dispuestos a hundir la revolución rusa para que triunfase la alemana, mucho más importante para la revolución mundial[2].
La III Internacional fue como el Partido Bolchevique, esencialmente obrera, democrática, revolucionaria. La III Internacional fundada inmediatamente después del triunfo de la revolución se proponía entonces “preparar al proletariado para la lucha revolucionaria contra los gobiernos capitalistas, para la guerra civil contra la burguesía de todos los países, en vistas a la toma de los poderes públicos y de la victoria del socialismo”[3].
Su importancia, así como su declive de manos del estalinismo, son descritas por Trotsky como sigue:
La “Declaración de los derechos del pueblo trabajador explotado” redactada por Lenin y presentada por el Consejo de Comisarios del Pueblo para la sanción de la Asamblea Constituyente, durante las escasas horas que esta vivió, definía en los siguientes términos “la tarea esencial” del nuevo régimen: “el establecimiento de una organización socialista de la sociedad y la victoria del socialismo en todos los países” De manera que el internacionalismo de la revolución fue proclamado en el documento básico del nuevo régimen.
Las derrotas en gran del proletariado europeo y los primeros éxitos modestos de la economía soviética sugirieron a Stalin, en el otoño de 1924, que la misión histórica de la burocracia era construir el socialismo en u solo país. En torno a esta cuestión, se desarrolló un debate que a muchos espíritus superficiales les pareció académico o escolástico, pero que en realidad reflejaba la incipiente degeneración de la II Internacional y preparó el camino para la IV”[4].
La importancia que los dirigentes del naciente estado obrero le otorgaban a la construcción del partido mundial, obedecía a su cabal comprensión de las leyes que rigen el funcionamiento de la economía capitalista descubierta ya por el marxismo revolucionario. Nahuel Moreno lo explica de la siguiente manera:
El partido mundial es la prioridad número uno del movimiento obrero, porque existe una economía y una política mundial, a la cual están supeditadas las realidades nacionales…La existencia de una política mundial es característico del capitalismo y, puesto que se trata de derrotar a este, se necesita un instrumento acorde con esa realidad y esa tarea…
Yo no niego la importancia de las especificidades nacionales, ni que los partidos deben conservar su independencia de criterio…Pero lo característico de la dominación capitalista es la existencia del sistema mundial. Tan es así que se habla de ciclos económicos y políticos mundiales.
Para nosotros, el máximo crimen, la máxima traición de la burocracia estalinista fue la disolución de la Tercera Internacional, exigida por sus aliados Churchill y Roosevelt. Esto es lo que explica que el imperialismo todavía no haya sido derrotado. La segunda internacional existe, pero no es una verdadera internacional sino una federación de partidos socialdemócratas, defensores del sistema capitalista. La Tercera Internacional y la Internacional sindical Roja fueron oficialmente disueltas por el estalinismo. Con ello, se borró la necesidad de la internacional de la conciencia de las masas”[5].
[1] Trotsky, León. La revolución traicionada. Págs. 353-354.
[2] Moreno, Nahuel. Revoluciones del siglo XX. 1984, pág. 23.
[3] Cuatro primeros congresos de la Internacional Comunista.
[4] Trotsky, León. La Revolución traicionada. 1936, Pág. 237
[5] Conversaciones con Nahuel Moreno. 1986, págs. 63- 65.
La conquista del poder por parte de los trabajadores en la revolución rusa de 1917 se explica por una conjugación de circunstancias entre las que se destaca la existencia de un partido obrero, el partido Bolchevique que, conformado por la vanguardia revolucionaria del proletariado, supo llevar hasta el final la lucha contra la explotación y opresión capitalista. León Trotsky en su libro la revolución traicionada describe en su pluma magistral el rol del partido en la victoria proletaria:
El Partido Bolchevique mostró en la acción la combinación de la mayor audacia revolucionaria con el realismo político. Estableció por primera vez que la correspondencia entre vanguardia y clase es la única capaz de garantizar la victoria. Demostró en la experiencia que la alianza entre el proletariado y las masas oprimidas de la pequeña burguesía rural y urbana requiere la previa derrota política de los partidos pequeñoburgueses tradicionales. El Partido Bolchevique le mostró al mundo entero como se debe realizar la insurrección armada para la conquista del poder…En la guerra civil, el Partido Bolchevique logró la combinación justa de arte militar y política marxista. Aún si la burocracia estalinista lograra destruir lo cimientos económicos de la nueva sociedad, la experiencia de la economía planificada bajo la dirección del partido bolchevique pasará igualmente a la historia como una de las más grandes lecciones de la humanidad…
Pero no es todo. El Partido Bolchevique pudo realizar su magnífica obra “práctica “solo porque iluminó todos sus pasos con la teoría. El Bolchevismo no creo la teoría: se la proporción el marxismo. Pero el marxismo es la teoría del movimiento, no del estancamiento. Sólo los acontecimientos de gran envergadura histórica podrían enriquecer la propia teoría. El bolchevismo hizo aportes e invaluables al marxismo: el análisis de la época imperialista como época de guerras y revoluciones; de la democracia burguesa en la era de la decadencia capitalista; de la correlación entre huelga general e insurrección; del papel del partido, lo soviets y los sindicato en el periodo de la revolución proletaria; la teoría del Estado soviético, la economía en transición, el fascismo y el bonapartismo en la época de la decadencia capitalista; por último, el análisis de la degeneración del Partido Bolchevique y del Estado soviético[1].
La deformación burocrática del partido que impuso el estalinismo después de la muerte de Lenin no puede sepultar en el olvido, las características fundamentales de la organización bolchevique descritas por Nahuel Moreno en su libro Las Revoluciones del siglo XX:
a) Obrero: El partido Bolchevique siempre fue obrero por su ideología, su actividad (incluida la de sus dirigentes), sus militantes y sus cuadros. Ganaba las elecciones, por ejemplo, sólo en las barriadas obreras más concertadas. b) Democrático: En el partido Bolchevique todo se resolvía por discusiones y votación. Prácticamente no hay ninguna resolución importante que se haya sido adoptada por unanimidad. Después de que se tomó el poder, esta democracia y libertad absolutas para los militantes se amplió mucho más. Las más grandes discusiones se hacían públicamente en las páginas de los periódicos oficiales del partido. Ningún dirigente fue expulsado jamás por sus opiniones o discusiones con la dirección. c) Revolucionario: El partido alentaba permanentemente la movilización revolucionaria de las masas. Comenzó a levantar a escala nacional e internacional un programa de transición, de movilización permanente de las masas. Consideraba que la toma del poder era una razón fundamental para acelerar la movilización revolucionaria no solo a nivel nacional sino también internacional. El centro de toda su política pasaba por lograr desarrollar la movilización del proletariado mundial y de las masas oprimidas para hacer triunfar la revolución socialista internacional. sin esto no había ninguna posibilidad de triunfo definitivo en la misma URSS. d) Su logro más importante fu la III Internacional. Su internacionalismo se concretó en la fundación de la III Internacional para dirigir la revolución socialista. El propio partido bolchevique resolvió supeditarse a la internacional. Ya que la revolución rusa solo era una parte decisiva de la revolución mundial, pero parte al fin. Dejó de ser un partido ruso para convertirse en una sección de la III Internacional. Los dirigentes del partido pregonaron a los cuatro vientos que su internacionalismo llegaba hasta propugnar que, si era necesario, estaban dispuestos a hundir la revolución rusa para que triunfase la alemana, mucho más importante para la revolución mundial[2].
La III Internacional fue como el Partido Bolchevique, esencialmente obrera, democrática, revolucionaria. La III Internacional fundada inmediatamente después del triunfo de la revolución se proponía entonces “preparar al proletariado para la lucha revolucionaria contra los gobiernos capitalistas, para la guerra civil contra la burguesía de todos los países, en vistas a la toma de los poderes públicos y de la victoria del socialismo”[3].
Su importancia, así como su declive de manos del estalinismo, son descritas por Trotsky como sigue:
La “Declaración de los derechos del pueblo trabajador explotado” redactada por Lenin y presentada por el Consejo de Comisarios del Pueblo para la sanción de la Asamblea Constituyente, durante las escasas horas que esta vivió, definía en los siguientes términos “la tarea esencial” del nuevo régimen: “el establecimiento de una organización socialista de la sociedad y la victoria del socialismo en todos los países” De manera que el internacionalismo de la revolución fue proclamado en el documento básico del nuevo régimen.
Las derrotas en gran del proletariado europeo y los primeros éxitos modestos de la economía soviética sugirieron a Stalin, en el otoño de 1924, que la misión histórica de la burocracia era construir el socialismo en u solo país. En torno a esta cuestión, se desarrolló un debate que a muchos espíritus superficiales les pareció académico o escolástico, pero que en realidad reflejaba la incipiente degeneración de la II Internacional y preparó el camino para la IV”[4].
La importancia que los dirigentes del naciente estado obrero le otorgaban a la construcción del partido mundial, obedecía a su cabal comprensión de las leyes que rigen el funcionamiento de la economía capitalista descubierta ya por el marxismo revolucionario. Nahuel Moreno lo explica de la siguiente manera:
El partido mundial es la prioridad número uno del movimiento obrero, porque existe una economía y una política mundial, a la cual están supeditadas las realidades nacionales…La existencia de una política mundial es característico del capitalismo y, puesto que se trata de derrotar a este, se necesita un instrumento acorde con esa realidad y esa tarea…
Yo no niego la importancia de las especificidades nacionales, ni que los partidos deben conservar su independencia de criterio…Pero lo característico de la dominación capitalista es la existencia del sistema mundial. Tan es así que se habla de ciclos económicos y políticos mundiales.
Para nosotros, el máximo crimen, la máxima traición de la burocracia estalinista fue la disolución de la Tercera Internacional, exigida por sus aliados Churchill y Roosevelt. Esto es lo que explica que el imperialismo todavía no haya sido derrotado. La segunda internacional existe, pero no es una verdadera internacional sino una federación de partidos socialdemócratas, defensores del sistema capitalista. La Tercera Internacional y la Internacional sindical Roja fueron oficialmente disueltas por el estalinismo. Con ello, se borró la necesidad de la internacional de la conciencia de las masas”[5].
[1] Trotsky, León. La revolución traicionada. Págs. 353-354.
[2] Moreno, Nahuel. Revoluciones del siglo XX. 1984, pág. 23.
[3] Cuatro primeros congresos de la Internacional Comunista.
[4] Trotsky, León. La Revolución traicionada. 1936, Pág. 237
[5] Conversaciones con Nahuel Moreno. 1986, págs. 63- 65.
Comentarios
Publicar un comentario